lunes, 19 de septiembre de 2011

19/09/2011

Cuando los caminos musicales (que son mucho más que eso) se separan sólo es señal de crecimiento... a veces nos inquieta el dejar morir algo, porque en todo lo vivido hay cosas buenas y malas, pero la primavera es la tierra de lo morado... de lo que deja espacio y nutre la nueva vida. Sólo es menester mirar dónde es que los espíritus, los corazones se juntaron y saber que, en la relatividad de los tiempos, existe ese lugar en el que fueron una sola cosa.... con errores y aciertos, con amores y distancias...... entonces, a la vuelta del misterio, solito en un arroyo, en un cerro, uno cierra los ojos y abraza a su hermano con el abrazo más puro que puede dar. Siempre basta un instante para llenarse el alma del aroma del recuerdo de la gente bien querida.
Cada uno debe llenarse ahora de lo que le dicta el corazón.... al menos eso es imprescindible para avanzar donde uno puede florecer.... ser fiel con uno mismo... allí esta la "pista" de nuestro destino.



R. Moisés

domingo, 1 de mayo de 2011

Volando voy!

martes, 26 de abril de 2011

Hace un mes

A punto de cruzar a Bolivia

Yavi  es el nombre de la última instancia de estas primeras dos lunas que hemos vivido sobre el camino. Hoy nos hemos regalado un día de sol y almuerzo,  un pequeño intermedio en el vuelo para volver a tomar aire y saltar. Lavamos la ropa al sol mientras los cacareos que aun no son gallina nos picotean las uñas ya limpias de los pies. Invitamos a comer a los que estén aquí, arroz -se nos fue la mano con la sal por la altura (?)-, papas fritas en cubitos y ensalada de tomate y cebolla curada.

Me hubiera gustado compartirles un poco antes en el tiempo de los días con nombre la cámara mosca omnipresente que nos acompaña a cada estornudo en que clavamos una estaca doblada, que no resistirá las lluvias que nos mojarán las medias que secaremos en casa de quien nos ha invitado a sus ventanales y panes y abrazos. Pero: "hebemus cuelgue", entenderán este latín familiar y preciso. Ahora el amor y la frontera con Bolivia me han sentado en esta habitación de adobe para sacar lo mejor de la siesta de este perro viejo que me acompaña e intentar(é) no cortarle la cabeza a ninguna de las emociones atravesadas en éstas últimas semanas que valga la pena llegar de nuestra voz a ustedes.

La pena que sentimos al despedirnos se despeja con la emoción con que nos nutre la incertidumbre de un nuevo destino. En Cerro Colorado nos despedimos de personas que nos han acompañado con sus voces por otros caminos, por otros cerros; y nos hemos emocionado con su canto por la Quebrada de las Conchas, sin pan, pero devorando el cielo.

Partimos del Cerro cuando más nos gusta, un domingo sin lunes. Llegamos a San Marcos para encontrarnos con agua de tarde y sobre ella con el acorazado ambulante y su bandera, el "Peluquero Nómade", único gitano de las tijeras capaz de cortar el pelo para dejarnos más largos. Gracias a nunca buscar lugar donde dormir hasta que el frío o la noche transforme en cama el auto nos invitaron al escucharnos ensayar a vivir a cambio de tocar por las tardes en el frente del camping verde que esconde su sendero detrás del bondi reo peluquero.


En esos días tocamos en el patio peña de San Marcos, el Runa Mishky, en las mesas que rodean la plaza y en el camping verde, sombreado, in-terrado; cumplimos con tocar por las tardes en  el frente con el escudo nómade de fondo; cumplieron con además de no cobrarnos ayudarnos con el escenario, los equipos y los volantes.
Conocimos a un hermoso quenista, trufero y ermitaño que nos acompañó tocando Milonga de mis amores desde la cuerda floja, y no se calló (sic).
También tuvimos oportunidad de conocer a la policía municipal y brindarles un personal recital de silencio y miradas alegres de mierda cuando nos vinieron a dar la hora (1.00pm) sin que les fuera solicitada.
La garrafa con la que viajamos nos regaló comidas hechas al fuego de leña por estar descargada. Un cocinero entrerriano, callado y muy simpático que pasó esos días en ayuno y leyendo "Kr'shna" se encargó de alimentarnos a cambio de que estuviéramos ahí y él disfrutara de cocinar. Las 270 mil lentejas con las que viajábamos -y que ahora recuerdo con emoción- tomaron en uno de esos días la memorable forma de hamburglejas; después de tocar, fue una bendición redonda.
Pero no todo fue joda, seriedad y búsqueda espiritual y eternamente sanadora del odio que se pasea por el mundo y la ambición que deja en soledad, no, no...hubo un hecho que hasta hoy nos marca. Fue en San Marcos Sierras donde la tragedia se tornó gastronómica y tomó forma de descuido para vaciarnos el intestino y los labios de aquel condimento(!) que hizo de Jaime un verdadero hermano. Nos durmieron las dos bolsas de Merquén. Ese oro chileno y rojo con que nos dimos importancia en más de una comida. También nos dormimos con todos los cubiertos menos la cuchilla (jamás nos abandonarás Atahualpa Tandil acero al carbón Industria Argentina que hasta cactus a la luz de la luna has hecho vibrar). Quedaron ahí todos los platos menos la tapa de la olla; la cuchara de madera que era un mueble más en mi vida, -está bien que te hayas ido aunque te extraño cuando ato varios palitos con lana para usar de espumadera contra el teflón. Dejamos o nos dejaron -sin- sal, pimienta, nuez moscada y canela en rama.
Entre los encuentros musicales de esos días cabe invitar aquí el nombre de Marcelo Moura, vigente Virus -que andaba vagando con su mujer tanguera por la zona antes de presentarse en Cosquín- y que tuvo la suerte de acompañarnos en percusión (huevitos con semillas) en un par de sones y cumbias. Después un par de vinitos más y nos habló del ambiente sin rostro donde se exige pavita al horno bajo amenaza de no saciar el escenario apetito musical que encantado perdería el público si conociera el ego que se raspa de las estrellas en la cocina.

Después de una semana decidimos partir de San Marcos; nos debatimos entre una convención Rainbow a 8km y abandonar Córdoba con destino a Catamarca; nos decidimos por un sueño de Coco donde la Loma Cortada (SFVC) nos recibía con sus brazos de valle abiertos.

A mitad de camino nos enteramos que la convención Rainbow no se había hecho. Con el día cambió el paisaje que corta las ventanillas. Con el atardecer cruzamos la ciudad de San Fernando, la dejamos atrás 7 km y al costado de la ruta, con la nochecita, paramos en el boliche del Tano. De la ruta para abajo, llegando al río, está la casa del Tano y su mujer, también hay unos asadores que ya se confunden con las piedras y raíces del lugar y un tinglado-garage-asador-mesada de cartón. Rodeando todo está la montaña ascendida de cactus.

Esos días estuvimos por pasillos municipales intentando solicitar un pedido de requerimiento de súplica de permiso para levantar la voz y tocar en la calle. Conseguimos todo en solo (!) dos días, nos faltaba unicamente la firma del Director. Era difícil encontrarlo porque trabajaba desde muy temprano. Su secretaria nos informaba cada vez que fallábamos en dar con él: "Tienen que venir más temprano, el Director viene a las 8.00am y se va a las 8 y cuarto, es muy puntual; además desde que está en campaña anda con poco tiempo; y más encima le están arreglando la oficina, no tiene donde quedarse cuando viene”

Director municipal atorrante mediante salimos a tocar un par de días en la peatonal auspiciados por una tienda de música frente a la que nos instalamos y que nos prestó corriente.
El fin de semana arreglamos para tocar en el Centro Cultural "La Primitiva", ex fábrica de alfajores, presente espacio de difusión y desarrollo cultural en San Fernando.
En la Loma, por la casa del Tano, más precisamente sobre nuestras carpas y objetos desparramados se encendía por esos días la nube que baja por el valle y empapa medias y sal abierta. Una tarde guarecidos en el tinglado nos animamos a conectar los equipos. Nos pusimos a ensayar y el ruido atrajo a los seres con los íbamos a compartir la noche de Catamarca, la mañana. Desde San Marcos, artista invitada en dos ocasiones, gran voz de lucha, gran música, gran viajera, vigente Chichina por las noches: Fabi. Y los titiriteros y amantes de la expresión y libertad humana, Augusto y Cuqui; y su tercer corazón llamado Atahualpa, desnudo y madrugador. Estos fueron los seres que también amaron nuestro campamento y su lluvia pero que insistieron en que conociéramos su casa poblada de ventanales y libros y colchones y ñoquis. Accedimos a pesar y gracias a nuestros pies mojados. Su casa quedaba unos kilómetros más subiendo por la ruta. La luz que llegaba desde fuera siempre me podría conmover. Nos mantuvimos conmovidos en compañía de ellos.

El sábado en La Primitiva -por ciertas razones llamadas personajes musicales que fueron apareciendo- guardamos los instrumentos a las 6.00 de la mañana. Estuvieron presentes en el escenario Fabi, un pseudodealer pseudo lugareño con gran sonido de quena, un bombo leguero santiagueño que más bien parecía un animal grande con eco y un guitarrista con una sonoridad suya.
Se bailó! Se pasó la gorra! Se semicomió! Se semi bebió de arriba! Se pasó la gorra!
Terminada la noche salimos en silencio para no despertar la ciudad en dirección al valle. En el auto, entre manotazos y ronquidos, Fabi dijo "Coco sabe!", después alguien más dijo "Sabe a Coco!" y casi tres semanas después, en Purmamarca, y sólo por aplazar un tema que nos aburre ligeramente, -de paso por esos días nos reíamos por tocar coquiando-, todos dijimos: Sabe a Coca!; nombre bajo el cual nos presentamos actualmente y que para nuestro fastidio y divertimento provoca más exclamaciones interrogativas que soluciones en bares.


Dormimos y fuimos domingo y fue lunes; nos despedimos de Catamarca mojados o húmedos o fértiles. Y con las alas como tierra removida partimos, la estabilidad, hacia Tucumán.

sábado, 9 de abril de 2011

sábado, 12 de febrero de 2011

En el Runa (Whiskey, Mistyc) Mishkey, San Marcos, aún Cdba


 
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lunes, 7 de febrero de 2011

Hemos salido a descubrir otro mundo


Hemos salido a descubrir otro mundo
Días en que nos crece un living comedor porque algún vecino ambulante se ha ido
dejándonos una mesa vacía o un tronquito de regalo


A casi dos semanas de haber partí-donde-estamos podemos decir que ya somos habitantes de este otro mundo. La idea de este blog es mantener contacto y compartir algunas de nuestras experiencias en este viaje por América -aunque lo mismo podría decir en este viaje por la Tierra o por el Agua- con las personas que, con alegría y sin juzgarnos, deseen pasar a visitarnos.
Este viaje se planeó hace ya muchos años, cuando ninguno de nosotros siquiera había nacido.
Estábamos entre esto o sacarnos la lotería, pero creo que eso lo vamos a dejar para el año que viene.

Debo (disfruten de esta palabra ahora porque no sé cuándo la volveré a usar) aclarar que "CuartitO RojO" es el nombre de este espacio virtual y no el nombre de nuestro imaginario colectivito. El nombre del pequeño grupo todavía se está cociendo vaya a saber uno en qué montaña del camino. Por ahora, Rodolfo Moisés, un gigante que habita este otro mundo y con el que nos hemos musicalmente topado, nos ha bautizado como "Latitudes", nombre con el cual nos presentaremos esta noche en el Octógono del Cerro Colorado, Cdba, junto a "Los Dedos Mochos" (dúo Rodolfo y Carlos).


Acá está el humilde afiche dominado por las figuras del Indio Pachi y el Chango Rodriguez






  Breve brevista de estas dos semanas

Nos reunimos en Santa Fe donde nos protegieron los sapos del pantano. Compartimos comidas y preparativos con la gente que nos ayudó a partir y que nos despidió. Terminamos de reunir elementos fundamentales para el viaje: 1 linterna regalo de mi viejo que me olvidé, una bolsa de 5k de lentajas que nos ha permitido compartir proteínas y guisos con todo el que se arrime, 1 carpa que resiste lluvias sí hasta cierto punto, moscas no, le gusta sobre todo amanecer al sol;
1 cuchillo, 4 tenedores no, 5L de aceite de oliva extra virgen que vamos regalando a quién nos hospede en su cocina por dos noches y un almuerzo, 1 caja vacía, 1 valija atada al techo también vacía por cualquier tipo de eventualidad charango, tiple o cuatro venezolano que se presente por el camino.
Partimos hacia Córdoba, Tere nos hospedó de super onda en su casa y se ve que era el lugar indicado para la primera parada porque después de un rato nos enteramos que tenía y nos vendió  dos micrófonos Shure a 300$ total; los andábamos buscando y nos encontraron.

Después partimos para Alta Gracia, alguien preguntó dónde había vivido el Che. A la orilla del río nos encontramos con Juan y Clara dos compañeros de la Escuela de Música Popular de la República de Avellaneda al lado del puente. Nos hospedamos donde ellos se hospedaban, en la casita donde vive temporalmente Nati mientras construye una más definitiva con ladrillos de adobde que trajo de Catamarca y que la lluvia de esa noche devolvió a la tierra.
Después de la tormenta inauguramos la bolsa de hacer guisos y comimos a la luz de la vela que me llevé del centro de mesa de la recepción de mi hermana. De postre grabamos Balderrama entre todos a la luz de esa "velita".

Al otro día desayunamos avena con azúcar negra, durazno, banana y pasas, plato que coció Clara y que Luchito se aprendió para repetirlo apenas tengamos una bolsa de 5k de avena; tocamos mates y compartimos unos temas para salir hacia Córdoba otra vez, atravesar el tráfico y llegar ya casi de tardecita a Huerta Grande donde con Coco teníamos un magnífico lugar fichado del año pasado, fuera del camping. Antes de transformar el auto armado en campamento desarmado manejamos 1km hasta La Falda para hacer unos pesos en las mesitas del centro, tocamos Mano a mano, Chacarera del Pantano y Milonga Swing; sin permiso municipal en algunos lugares no nos dejaron terminar del todo pero compensamos con la buena onda de alguna gente. Cenamos pebetes y un par de vasos de vino hasta el tope por 3$ pesos, qué hallazgo; duró sólo esa noche.



Ensayamos toda la tarde y luego partimos para llegar ya con la nochecita a Capilla del Monte. Ahí encontramos un pequeño bello barrio al sur del camping y tuvimos dos noches de tocar y brillar de alegría. Desplegamos guiso, una Divina nos retrucó con pimientos a la parrilla con huevo dentro y para el sector que también encuentra proteínas en la carne salió pollo a las 2 de la mañana, demoró-se.
Recorrimos la feria de Capilla, conocimos a Hugo Zapala, un gran luthier y ejecutor de instrumentos andinos de viento que estudió en la Sorbona dirección orquestal pero prefirió volver y dedicarse a transmitir y apoyar la dimensión cultural de la que se siente parte porque por más que lo tentaran los 15mil u$d de cada presentación como director no le completaban la picture.


En Capilla hay un hombre pelado que compone canciones y dice que la pegó con sus películas, si lo ven escúchenlo, él no les va a dejar otra alternativa, pero si se aburren no intenten subirse a tocar un tema en la viola porque él se las sacará de las manos y les dirá que son unos turistas que no entienden nada, a lo que ustedes o el mismo Lucho podrá o pudo haber-le gritó pelado y la can! y varias barbariedades sonoras que nunca están de más.

El barrio del camping sintió la misma nostalgia precoz que nosotros por despedirse tan pronto de personas tan recientes. Pero nos llamaba el Cerro Colorado. Mítico lugar donde eligió vivir Atahualpa y donde su hijo ha hecho hasta lo imposible por tener la peor fama del pueblo.
Encontramos gente ya conocida y amiga del año pasado, Rengo Luque!

Y encontramos -o nos nacieron- nuevos seres musicales para poblar el camino.
Ahora hago un pequeño alto. Me doy cuenta de que esto es un brevísimo comentario de algunas cosas que compartimos sin saber por qué, sin determinar qué contar o qué no. Sobre las grandes personas creo que lo suyo va a ser tal vez solo nombrarlas y mostrarnos más vivos por lo que nos han dejado en el altar invisible de nosotros cuatro.

Sólo come si estamos todos
Porque él ya come del cielo
Y el cielo bebe de su voz
Y nos escalofría el alma
Ver resonar ese cielo

Valentía tienen, tengo, tienes,
tenemos, nos compartes
un tomo I, un cebo II,
amiga Valentina

Es el gigante que hemos encontrado
En nuestro mundo del revés
Ahora vibrará más nuestra piel
Vibra el cerro y con él
vibra Rodolfo Moisés





domingo, 23 de enero de 2011

Mañana salimos de viaje

En esta temporada -también- decidimos vivir para soñar,
nos preocupa -sobre todo- mantenernos vivos,
para llegar hasta donde tengamos que estar,
y para volver con los que siempre nos esperan.
 
Cada uno muere y vuelve a nacer las veces que sea necesario, las veces que soporte, las veces que desee la vida.

Hoy nosotros volvemos a nacer, pegamos un salto y emergemos a una nueva temporada.
Gracias a la familia por el empujoncito...